-El apoyo es único a nivel nacional y se aplica a través de la Dirección de Prevención del Delito
-Fue diseñado y aplicado en coordinación con SISEMH, el Consejo Estatal de Atención a Víctimas y otras instituciones
Con el objetivo de brindarle las herramientas necesarias para sobreponerse al duelo y el trauma, la Dirección de Prevención del Delito de la Secretaría de Seguridad del Estado lleva a cabo el programa piloto Modelo de Atención Psicológica y Psicoeducativa de Cuidados Integrales para Hijas e Hijos de Víctimas de Feminicidio.
Concepción Lomelí Delgado, directora de Prevención del Delito de la SSE, comentó que este programa surgió por la necesidad de brindarle atención y acompañamiento tanto a los hijos e hijas de las víctimas, como a sus cuidadores, quienes se encargan de su tutela, además de lidiar también ellos con su duelo y su dolor.
“Este es un modelo que es único en Jalisco y se busca romper los ciclos de violencia generando y atendiendo a estas personas que indirectamente son víctimas de este delito tan delicado y que buscamos romper los ciclos de violencia a futuro. Consiste en 16 sesiones que se realizan los viernes en las instalaciones de la Facultad de Psicología de la Universidad de Guadalajara”, explicó.
Dijo que son en total 55 personas pertenecientes a 15 familias las que actualmente reciben la atención de este programa, a quienes además se les brinda apoyo con el transporte, desde sus casas hasta la facultad de psicología, por oficiales del Grupo Ateneas de la Policía del Estado.
Ana Lucía Camacho Sánchez, coordinadora de la Dirección de Prevención del Delito, comentó que con este programa dotarán a los niños, niñas y adolescentes de las herramientas para la elaboración del duelo por la pérdida de su madre y a la vez, disminuir el impacto del estrés postraumático que generó el hecho violento.
Señaló que “ellos y ellas están muy motivadas, es un servicio que les está brindando el gobierno, diferente a lo que han recibido. Lo que nosotros buscamos es la no revictimización, vienen de procesos de mucha revictimización buscando justicia por la muerte de su madre y junto con las personas cuidadoras que los tienen bajo su cargo y entonces les motiva venir a un espacio donde encuentran a niños y niñas que están en una situación similares. El modelo no aborda como tal el feminicidio, pero ellos sí saben que están trabajando el duelo de su madre”.
Samanta Olivares Canales, coordinadora de Proyectos y Evaluación de la Dirección Prevención del Delito, comentó que desde hace dos años iniciaron mesas de trabajo con especialistas de instituciones como la Secretaría de Igualdad Sustantiva entre Mujeres y Hombres, el Centro de Justicia para la Mujer y el Consejo Estatal de Atención a Víctimas y se dieron cuenta de que, además de apoyo legal y económico, las víctimas indirectas del feminicidio requerían la atención psicológica para superar el duelo y el dolor.
“Hasta ahorita no hay un solo modelo a nivel nacional, existen ciertos protocolos pero que van más encaminados en el tema del acompañamiento judicial, hay mucha bibliografía en torno al duelo en niños, niñas y adolescentes, sin embargo, ninguna específica en un duelo tan complejo como lo es en este contexto que es muerte violenta de la madre en contexto de feminicidio, donde en la mayoría de los casos hay todo un tema de violencia que antecede al delito”, explicó.
Dijo que el equipo que implementa el programa está conformado por ocho psicólogos y psicólogas de diferentes instituciones que cuentan con la experiencia en acompañamiento en víctimas de delitos violentos y delitos por razón de género. Además, resaltó que la importancia de atender a los cuidadores, quienes también viven su duelo, pero deben hacerse cargo de las hijas e hijos de las víctimas directas del feminicidio, lo cual requiere adquirir nuevas habilidades para hacerse cargo de la tutela.
“Este fue un modelo creado con mucho amor, pensando en ofrecer una especie de remanso de caricias a estas personas, pues tienen muchos años en esta búsqueda de justicia y que además están tratando de lidiar con mucho dolor y acompañando a personas en desarrollo, niños, niñas y adolescentes que también necesitan mucho amor”, expresó Olivares Canales.
Las funcionarias explicaron que al iniciar el programa, las niñas, niños y adolescentes, así como sus cuidadores, les fueron aplicadas evaluaciones que serán comparadas con los resultados que se obtengan al finalizar el proceso para valorar los avances y determinar si el programa requiere de cambios o ajustes que ayuden a las personas a lograr sus objetivos.